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La colonización de Sierra Morena y Andalucía de 1767-1768 y
el Fuero de las Nuevas Poblaciones

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¿Y aquellos griegos?

 

El primero de mayo de 1768, diez meses después de publicarse el Fuero de Población de 5 de julio de 1767, se anunció el reclutamiento de una colonia griega que estaba en Ajaccio, en Córcega; serían transportados hacia España aprovechando el regreso de las naves que en ese momento estaban llegando a Córcega transportando unos jesuitas que venían de las Indias; los colonos debían establecerse en San Sebastián de los Ballesteros, que pasaría a llamarse Nueva Atenas, pero finalmente no llegaron y quienes lo poblaron fueron otros colonos.

Colons grecs de Còrsega

Unas primeras preguntas a plantearse después de leer esta cédula son: ¿Porqué se proyectó que vinieran estos griegos y porque finalmente no vinieron?
Veremos que al igual que al querer encontrar las causas de la repoblación de Sierra Morena y Andalucía aquí también convergen varios motivos.
Otras cuestiones a responder pueden ser:
¿Que hacía una colonia griega en Córcega, como habían llegado, y porque querían salir?
¿Que hacían estas naves españolas en Córcega transportando jesuitas desde las Indias?
Otra pregunta que planteamos y que trataremos de ir respondiendo es la siguiente: Viendo lo estrictos que eran en su aplicación, ¿porqué se les incluyó en el proyecto de repoblación, como ortodoxos que eran, dado que esto implicaba anular completamente el requisito de catolicidad que contemplaba el Fuero?

Si haces clic en la imagen tendrás el texto completo de esta Real Cédula. Está copiado intentando conservar la ortografía original.

La imagen de la Real Cédula está descargada del portal de archivos del Ministerio de Cultura http://pares.mcu.es . Si haces clic aquí podrás acceder al lugar para buscarla y descargarla. No es directo pero seguro que tú sabes hacerlo.

¿Que hacían estas naves españolas en Córcega transportando jesuitas desde las Indias?

No olvidemos que coincidiendo con la publicación de la Real Cédula con el Fuero de Población se publicó también la que establecía la expulsión de los jesuitas de todas las tierras del reino de Carlos III. La intención era deportarlos a los Estados Pontificios y hacia allí se dirigieron los convoyes de naves el primero de los cuales, comandado por el mallorquín Antoni Barceló, fue el que llevaba los jesuitas de Aragón. Había salido de Salou el primero de mayo de 1767 en dirección a Palma de Mallorca para dirigirse finalmente al puerto de Civitavecchia donde llegó el 13 de mayo con 14 embarcaciones que transportaban 570 jesuitas.

República de Gènova i Estats Pontificis

  Al llegar aquí, sin embargo, se encontraron con la negativa por parte del Papa Clemente XIII de dejarlos desembarcar e incluso con la amenaza de cañonearlos dada la poca gracia que le había hecho que expulsaran los jesuitas de España.
Durante el trayecto de las naves ya había habido unas cartas, de las que no tenía noticia el convoy, entre el rey Carlos III y Clemente XIII donde este último expresaba su descontento por la medida adoptada por Carlos III y donde hacía saber que en los Estados Pontificios no admitirían a los jesuitas expulsados.
 
Después de unas gestiones se logró que los jesuitas pudieran desembarcar y establecerse en la isla de Córcega, que entonces pertenecía a la República de Génova, sin importar demasiado que esto pusiese dificultades a la población nativa, dado que se estaba en trámites de ceder su posesión a Francia que se produciría por el tratado de Versalles de 15 de mayo de 1768 (1).
Estas gestiones fueron hechas a tres bandas: las dos bandas oficiales, una con Francia y la otra con la República de Génova y una tercera, reservada, pero seguramente un secreto a voces, con Córcega o mejor dicho con la insurgencia corsa liderada por Pasquale Paoli que controlaba la mayor parte de la isla como la no reconocida República Corsa (establecida desde 1755 a 1769). Es evidente que la situación política en la isla no era la más adecuada para desembarcar a los jesuitas.
A pesar de que este acuerdo entre Génova y España no gustaba a los gobernantes franceses, dado que la presencia de tantos jesuitas disminuía las provisiones para sus tropas que ya estaban en la isla de Córcega a principios de 1768, el gobierno francés les permitía continuar porque el ministro francés de asuntos extranjeros duque de Choiseul (que sería el responsable de anexionar Córcega a Francia) cuidaba de no poner trabas al "pacto de familia" entre ambas monarquías borbónicas y mantener la alianza contra el enemigo común, en este caso los ingleses, que mantenían en Menorca su presencia en esta parte del Mediterráneo. Posteriormente, entre mediados y finales de septiembre de 1768, de manera casi forzada por los franceses, y para hacer sitio para sus tropas, los jesuitas salieron de Córcega hacia Génova y con el destino final de los Estados Pontificios a raíz de los enfrentamientos con Paoli y por el último tratado sobre la isla entre Francia y Génova del 15 de mayo.
 
El desembarcar en Córcega no fue fácil para estos primeros barcos comandados por Antoni Barceló con los jesuitas de Aragón; después de esperar un tiempo en Bastia, donde pudieron desembarcar brevemente el 9 de junio de 1767, salieron hasta Ajaccio el 8 de julio donde desembarcan el día 27 para volver a salir, después de un mes, hacia Bonifacio donde finalmente desembarcaron el 28 de agosto de 1767.
El 3 de junio de 1767 se había decidido enviar unos Comisionados, o Comisarios Reales, uno a Génova y el otro a Córcega para suministrar víveres a los jesuitas al precio de coste en Génova, pagarles la pensión según estaba establecido en el artículo VII de la Pragmática Sanción (2), vigilar su comportamiento, actividades o intenciones, mantener informado a Madrid, controlar los fallecidos y evitar o disminuir los conflictos que esta presencia de religiosos pudiera provocar. Estos Comisarios fueron Geronimo Gnecco y su hijo Luis Gnecco, que llegaron a Calvi el 14 de julio.
A causa de la complejidad de este trabajo el 6 de julio de 1767 se decidió enviar dos nuevos Comisionados con más autoridad: Pedro de la Forcada (o Laforcada) como comisario principal y Fernando Coronel como segundo. La Forcada salió de Cartagena el 6 de octubre y llegó a Ajaccio el 2 de noviembre de 1767 pero no desembarcó hasta el día 5; Coronel llegó el 15 de enero de 1768 (3).
Estos dos Comisarios tenían además otro encargo: seducir a los jesuitas para que salieran de la orden y con órdenes concretas para facilitar la salida de Córcega a los que quisieran abandonarla.
Tal vez fue a través de la presencia de estos Comisionados españoles en Córcega, enviados para controlar la situación con los jesuitas, que se supo de la existencia de una pequeña colonia de refugiados griegos en Ajaccio que estaban interesados en salir y intentaron incluirlos en el proyecto de repoblación. El sistema para conseguirlo era simple: Modificar el Fuero publicado un año antes y aprovechar el viaje de vuelta de los barcos que había en Córcega y que habían llegado transportando los jesuitas expulsados y que entonces ya eran los que llegaban desde las Indias. Es importante considerar que la fecha de la primera llegada de jesuitas procedentes de América a Ajaccio fue el 24 de marzo de 1768.
 
(1) Realmente ya hacía tiempo que Génova más que dominar Córcega la administraba con el visto bueno de Francia según los Tratados de Compiègne de 14 de agosto de 1756 y de 7 de agosto de 1764. Con el Tratado de Versalles de 15 de mayo de 1768 Córcega pasa a ser parte del patrimonio personal del rey de Francia, jurídicamente posesión de la República de Génova y de hecho ocupada y administrada por Francia a cambio de una compensación económica.
(2) "De seis en seis meses se entregará la mitad de la pension anual á los Jesuitas por el Banco del Giro, con intervencion del de mi Ministro en Roma, que tendrá particular cuidado de saber los que fallecen, ó decaen por su culpa de la pension, para rebatir su importe"
Pragmatica Sancion de Su Majestad, en fuerza de Ley, para el estrañamiento de estos Reynos a los Regulares de la Compañia, ocupacion de sus temporalidades, y prohibicion de su restablecimiento en tiempo alguno, con las demas precauciones que expresa. Publicada "En la Villa de Madrid á dos dias del mes de Abril de mil setecientos sesenta i siete, ante las Puertas del Real Palacio, ..., se publicó, la Real Pragmática Sancion antecedente, con Trompetas, y Timbales, por voz de Pregonero público,..."
(3) Otros autores dicen que Pedro de la Forcada y Fernando Coronel llegaron juntos el 5 de noviembre de 1767.

¿Que hacia una colonia griega en Córcega y como habían llegado? ¿Y porqué querían salir?

Los miembros de esta colonia griega, llamados maniotas, eran originarios de Oitylo (Οίτυλο); pueblo situado en la región de Maina (o Main) al sur de la península del Peloponeso (1). A causa de la distribución social griega de la época en clanes, estos y otros griegos, además de rivalidades y vendettas entre los diversos clanes locales, donde la opción por los vencidos era emigrar, venían huyendo de los ataques turcos consecuencia de los conflictos que había en esta parte del Mediterráneo entre las posesiones de la República de Venecia y el Imperio Otomano; además había una falta importante de tierra para trabajar. La situación llegó para ellos al límite cuando Venecia perdió la última posesión, Creta, en septiembre de 1669; sus aliados venecianos desaparecieron y con ello el único futuro que veían con los turcos era la esclavitud y el infortunio.  

Còrsega, Paomia dels grecs

Se conocen otras migraciones provenientes de Maina sobre los años 1665 a 1675. Algunas no llegaron a su destino porque fueron capturados por los otomanos o por piratas y vendidos como esclavos en Argel. Los lugares de acogida eran recelosos de aceptarlos mientras fueran aliados de los Venecianos, y por otro lado los Venecianos frustraron la mayoría de intentos hasta alrededor de 1670. Según los genoveses el factor decisivo de permitir la migración fue la aprobación del Vaticano con respecto al estatus religioso de los colonos, aunque probablemente eran más importantes, para cambiar la mentalidad de los huéspedes, los cambios que hubo en la situación geopolítica. El factor que incitó a la mayor parte de migraciones del momento fue la intersección de luchas y conflictos internos y externos.
Eran en su mayoría del clan de los Stephanopoulos o Stephanopolis, que aparece posteriormente modificado como Stephanopoli. Es probable, investigando el origen de los apellidos, que otros miembros de la expedición fueran de Creta que había caído hacía poco (septiembre de 1669) en manos otomanas.
Liderados por los jefes de este clan buscaron asilo fuera y lo encontraron en la República de Génova que les permitía establecerse en la isla de Córcega; las negociaciones ya habían sido iniciadas con anterioridad en 1663 por unos enviados (quizás cuatro) conducidos por el obispo ortodoxo de Oitylo Parthenios Calcandis (o Kalkandes o Kalkandis); finalmente se llegó a un acuerdo previo con los genoveses en junio de 1665 (2).
La salida, sin embargo, tuvo que esperar hasta el 1675. El 20 de septiembre se firmó el contrato con el armador o capitán del barco y entre los días 3 y 4 de octubre de 1675 unas 730 personas, incluyendo una importante cantidad de religiosos, salieron en barco desde algún puerto cerca de Oitylo. No había un líder definido dentro del clan y probablemente entonces hubo ya disputas sobre quién sería el jefe de la colonia. Después de tres meses de viaje 606 colonos llegaron a Génova a principios de enero de 1676; parece, por tanto, que ciento veinticuatro murieron por el camino. Hay un censo posterior, de junio a julio de 1676, que da la cifra de 520 colonos.
No deja de ser admirable que para embarcar y transportar 730 colonos todos los textos que he encontrado hablen de un sólo barco, de Marsella, en el que estuvieron al menos 3 meses. También los hay que incluso dicen el nombre del barco, Sauveur (en francés) o Σωτήρας (en griego), y el nombre del capitán, Daniel (3).
Una vez firmado el acuerdo definitivo, el 18 de enero de 1676 salieron de Génova hacia su destino, llegando a Córcega el 14 de marzo de 1676. Este acuerdo les permitía establecerse en las parroquias (pievi, en corso), de Paomia, Revinda y Salogna, en la jurisdicción de Vicu.

El acuerdo firmado por los cuatro lideres griegos (Ioannis, Konstantinos, Apostolos y Nikolaos Stephanopoulos) con la República de Génova tenía, entre otros artículos, los siguientes:
 
La república de Génova significa que la colonia griega que ha venido a establecerse en Córcega estará sujeta al soberano pontífice en cuanto a religión, y que ejercerá el rito griego tal como se hace en el dominio pontifical y en los reinos de Nápoles y Sicilia;
A su llegada a Paomia, los colonos deberán edificar iglesias, casas para habitar, y seguir las órdenes del regente que la república mantendrá;
Cuando la república tenga necesidad la deberán servir como sujetos leales tanto en el mar como en tierra;
Los colonos jurarán fidelidad y obediencia a las leyes de la república, y se comprometerán a pagar los impuestos establecidos o por establecer;
La república asigna a los griegos, a título de enfiteutesis, tres puestos, a saber: Paomia, Revida y Salogna. Les concede para ellos y sus descendientes, a condición de que las parcelas de terreno que sean designada cada colono lo sea para ser transmitida a porciones iguales a sus hijos. En caso de que no haya herederos la república tomará posesión de los bienes con todos los derechos;
La administración de Génova se compromete a proporcionar los materiales para construir las iglesias y las casas, así como el trigo y el trigo para siembra, a condición de que estos avances serán reembolsados con exactitud en un plazo de seis años;
La república permite a cada colono tener en su casa fusiles y otras armas. En cuanto a las armas prohibidas, deberá dar conocimiento al juez, según las circunstancias;
El comercio de todo tipo de mercancías es libre, mediante el pago de las cuotas fijadas;
Se permite a los colonos ir a luchar contra los Turcos bajo pabellón de la república, estando a su cargo el pagar los honorarios consulares y cumpliendo con las regulaciones en esta materia;

Se establecieron en Paomia donde había varios poblados abandonados y restableció cinco lugares: Pancone, Corona, Rondolino, Sallici y Monte-Rosso, con una distancia de un kilómetro del uno al otro (4). A pesar de que inicialmente parece que la relación con los vecinos fue cordial rápidamente apareció un desacuerdo con los corsos (los nativos de la isla) porque consideraban que las tierras que los genoveses (los entonces ocupantes de la isla) habían entregado a los griegos eran legalmente suyas.
Desde el principio y hasta pasados bastantes años los griegos se aislaron y mantenían una comunidad muy cerrada; y esto todavía era así en 1768 cuando refugiados, como veremos, en Ajaccio, buscaron tratos, entre otros, con los españoles. Eran administrados espiritualmente por sacerdotes ortodoxos en sus propias y separadas iglesias, a pesar de haber reconocido al Papa de Roma como parte del contrato firmado con Génova.
Probablemente el objetivo primero de los genoveses era que los colonos griegos pusieran orden en los rebeldes corsos, por tanto este ritmo de vida era de interés de la República de Génova que en 1723, tras los diversos incidentes con los corsos, los autorizó, además de tener armas de fuego, a instalar en la torre de Omignia una defensa armada para sus tierras de la colonia; cuando en 1729 los corsos se revelaron, los griegos, según el contrato firmado y además por los desacuerdos que ya arrastraban con los nativos, ayudaron a los genoveses. Las mujeres y niños se refugiaron en Ajaccio y los hombres se quedaron hasta que fueron derrotados en abril de 1731 después de una última batalla en la torre de defensa de Omignia (5). Así pues los corsos obligaron a marcharse definitivamente a los griegos, de las tierras donde habían estado los últimos 60 años, hasta Ajaccio. Como resultado de las obligaciones con los protectores genoveses los griegos perdieron tierras y gente, y una vez restablecidos estaban muy desilusionados con el papel que últimamente les había tocado representar (6).
Continuaron fieles a la causa genovesa actuando como guardia de vigilancia de Ajaccio y aquí ya no se mantuvieron tan aislados como anteriormente lo habían estado con el resto de la población; además de una cierta indisciplina se mantenían las rivalidades internas del clan y todo ello hizo que la situación de los griegos en Ajaccio fuera intolerable tanto para ellos como para Génova que se planteó el expulsarlos; con este objetivo hubieron negociaciones hasta que en 1768 Córcega pasó a dominio francés.
 
(1) Oitylo es también conocido como Itylo o Vitylo y la península del Peloponeso era antiguamente conocida como Morea. Puesto que aquí estaba situada la antigua Laconia o Lacedemonia que tenía como capital Esparta algunos escritos antiguos y modernos señalan a estos griegos, para recalcar el su supuesto valor y conocimientos, como descendientes de los antiguos espartanos. También en la actual Grecia existe la jefatura administrativa o "nomós" de Laconia.
(2) El 25 de junio de 1665 el obispo Joasaph de Mani escribió al senador genovés Pietro Giustiniano sobre la finalización del acuerdo.
(3) Es muy interesante consultar "Histoire des Grecs en Corse", de Patrice Stephanopoli, Paris (1900). Parece que es el primer estudio que cita estos datos incluyendo además el contrato con el capitán, una lista de colonos y muchas otras informaciones, indicando unas fuentes aparentemente fiables. Este libro tiene una edición posterior del año 1999 y otra del año 2007 de Editions Lacour-Ollé.
(4) Los nombres en corso son Pancone, Corrau, Rondulinu, Salice y Monte Rossu. Según qué autor los hay que dicen que fueron cuatro aldeas en lugar de cinco y no nombran a Sallici o Salice. En cuanto a los nombres de las "pievi" o parroquias salen a veces como Ruvida, Revida, Reviuda, Siassologna o Sologna.
(5) A pesar de ser una pérdida Nicholaos Stephanopoli lo relata como un hecho heroico y un triunfo. (Histoire de la Colonie Grecque Etablie en Corse, pag. 70 a 74, Paris 1836). De hecho muchos de los textos que hablan de estos griegos tienen más de idealistas y de querer vanagloriarse que de realistas y objetivos.
(6) Las desgracias de su antiguo país parecían perseguirlos todavía en este último asilo. "Las Malheur de leur ancienne patrie semblaient encore las poursuivre dans ce dernier asile!" (Mémoires de Madamme la Duchesse d'Abrantès, Vol. 1 pag. 34, Paris 1831).

¿Porque se proyectó que vinieran estos griegos y porque finalmente no vinieron?

La propuesta de reclutarlos está hecha en Consulta, para que lo examine el Consejo de Castilla, el 18 de abril de 1768 a partir de un informe de Alfonso de Alburquerque capitán de barco de uno de los convoyes que transportaban los jesuitas hacia Córcega; sus conclusiones y observaciones venían además con informes de los comisionados Fernando Coronel y Pedro de la Forcada (1), a quienes ya hemos visto como enviados para pagar las pensiones y controlar el exilio de los jesuitas en Córcega, que indicaban que los griegos eran buenos agricultores y buenos guerreros. Reclutarlos era una rápida y fácil ocasión de transportar nuevos colonos de quienes ya se sabía que eran industriosos.
Como hemos comentado, la rivalidad entre varias ramas de los Stephanopoli continuó en Ajaccio y hubo iniciativas separadas para salir como colonos hacia otros lugares. Uno de los jefes, Georges-Marie Micaglia Stephanopoli, fue quien inició y mantuvo las negociaciones con los españoles para llevar los griegos de Córcega que le fueran fieles hacia las Nuevas Poblaciones de Sierra Morena y Andalucía.
Estaba claro que los griegos veían la emigración hacia España como la oportunidad de escapar de su precaria situación a pesar de todos los acuerdos con los genoveses y, informados de la problemática historia de la comunidad griega, los españoles no veían dificultad en convencer a los griegos de emigrar hacia una atmósfera más estable políticamente, además de todos los beneficios establecidos en el Fuero.
Los españoles, sin embargo, sospechaban que los franceses impedirían la emigración de los griegos hacia España y que los ingleses también estaban interesados en reclutarlos para conducirlos a Florida (2), adquirida a España en 1763 al término de la Guerra de los 7 años.
La decisión de España de reclutarlos parece una maniobra estratégica contra la próxima competencia británica. Los británicos, sin embargo, creían que España en absoluto los reclutaría dado que no eran católicos y que se los podrían llevar hacia sus colonias de América por la tolerancia religiosa que ofrecían. Por lo tanto el reclutar a los griegos era para los españoles una maniobra simple que permitía de una sola vez transportar una comunidad notablemente laboriosa que comenzaría inmediatamente a cultivar las tierras y dificultaba mucho los planes británicos de colonización de las tierras de Florida; evidentemente había que reclutar a los griegos antes de que lo hicieran los británicos (3).
Recordemos que los griegos debían ser transportados en los viajes de vuelta de los barcos que transportaban a los jesuitas desde América y que la primera llegada de uno de estos barcos a Ajaccio fue el 24 de marzo de 1768.
A pesar de que Francia inicialmente permitió el tránsito de las familias griegas el creciente malestar de la población corsa cambió la atmósfera política de la isla e hizo que los franceses se hicieran atrás al ver a los griegos como un apoyo estratégico contra los rebeldes corsos. Después de ciertos retrasos y correspondencia ambigua entre las cortes Española y Francesa quedó claro que no se permitiría a los griegos abandonar la isla (4).
 
(1) "Hace algun tiempo que escrivi a VE insinuandole que en esta ciudad y su termino se halla establecida de 40 años a esta parte una colonia de Griegos, que fugitibos de su patria encontraron asilo en la Republica para premiarlos en esta: oy se ven despojaods de sus propiedades, y cortos terrages que havian adquirido a expensas de su trabajo con la intestina Guerra que aqui subsiste entre corsos , y Genoveses, por el recelo a que seguian el partido de quien los admitio; con cuyo desengaño suspiran por pasar a España, y mas oy que nunca que ha venido un Navio Yngles haciendoles varias partidos para llebarlos a Sn. Agustin de la Florida."
Fernando Coronel al Conde de Aranda, marzo de 1768.
(2) No es la Florida que conocemos hoy sino una pequeña parte del este de la Florida actual.
(3) "Ademas de lo que gana nuestra poblacion, se consigue el interes de que no vayan a la Florida, para que les instan los Yngleses, y se hagan enemigos nuestros: y en virtud de esta admision hallaran los Yngleses cada dia mas dificultad en sus reclutas, y cuando piensan en poblar los paises mas distantes de la America, llena S.M estos dominios de nuevos vasallos aumentado sus fuerzas internas con ellos."
Informe del Consejo de Castilla, 18 de abril de 1768.
(4) "Mucho perjuicio se nos sigue tambien de desbaratarnos esa Corte el otro Proyecto de trasladar a Sierra-morena las Familias Griegas que habian convenido y pedido venir a España, en donde se las habia preparado establecimiento. No se puede negar que en el dia tiene la Francia derecho para impedirlos, pero nos es doloroso que por haber pasado a su Dominio aquella Isla experimentemos este daño que no hubieramos padecido si hubiera permanecido en el antiguo."
Marques de Grimaldi al Conde de Fuentes, 22 de agosto de 1768

Nos queda por comentar el detalle de que la corte española, con una postura sin precedentes hacia el establecimiento clerical, hubiese aceptado para sus planes de reforma económica, como recién llegados a sus tierras, a unos no-católicos. Ya hemos visto que esta colonia griega, aunque con ritos católicos ortodoxos, teóricamente aceptaba la autoridad del Papa. Consideraron también que en un futuro cercano los griegos se casarían con españoles y finalmente acabarían convertidos al catolicismo.  

Cargese (Còrsega). Carretera de Paomia

 
El origen de la imagen es el "street view" de maps.google.com y corresponde a una vista actual de Cargese donde se ve una señal de tráfico que indica la ruta hacia Paomia, el primer establecimiento de los griegos el 1676.
   
De hecho el no poder reclutar las 140 familias (en 1769 constan 147 familias) de colonia griega de Ajaccio para las Nuevas Poblaciones no fue un detalle de trascendental importancia; frente al número de personas que entonces estaban llegando a Andalucía este fue un pequeño tanto por ciento.  
Lo que pasó a los griegos inmediatamente después de que les fuera negada la salida hacia España no está totalmente claro. Está documentado que algunos aceptaron la oferta británica de ir al este de Florida y fundar New Smyrna, otros fueron a Cerdeña o a la Francia metropolitana, una muy pequeña parte llegaron a Menorca, entonces británica, y a otros lugares; Los que se quedaron en Córcega lucharon con los franceses contra los corsos y éstos, después de que pasase el conflicto militar en la isla, se establecieron finalmente en la ciudad de Cargese y allí se han mantenido de una u otra manera hasta próximo el día de hoy. La última persona en Cargese con el griego como idioma nativo, Justine Voglimacci, murió en 1976.  
 

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